Aunque Tarragona capital es un lugar magnífico para visitar, no solo por su arquitectura y su gastronomía sino también por sus playas, la provincia tarraconense cuenta con numerosos atractivos, tanto naturales como patrimoniales, que vale la pena descubrir.
En Apialia Costa Daurada te dejamos con nuestra selección de los mejores pueblos con encanto de Tarragona.
Miravet
En la desembocadura del río Ebro, se encuentra este precioso pueblo de Tarragona, un pueblo histórico donde se desarrollaron diferentes guerras como las Carlistas o la Guerra Civil, y en el que se asienta en la parte más alta, su castillo templario.
Prades
Ubicada entre el mar y la montaña, Prades, es una preciosa villa medieval, declarada como Conjunto Histórico Artístico, donde se destaca el tono rojizo de la arquitectura de sus edificaciones, lo que explica su sobrenombre de Villa Rojiza.
Siurana
Situado en un entorno natural increíble y enclavado en lo alto de un cerro, desde donde se pueden observar unas magníficas vistas, es un pueblo que fue de las últimas localidades en ser ocupada por los musulmanes. Se trata de un lugar perfecto para los amantes del senderismo y de la naturaleza.
Altafulla i Tamarit
En la Costa Dourada se encuentra este pequeño pueblo costero donde se puede disfrutar de playas poco concurridas en un entorno natural de vegetación. Lo que no puedes perderte, es el Castell de Tamarit situado en plena orilla del mar.
El Roc de Sant Gaietà
También situado en la costa pero al norte de la provincia, este pueblo está sentado sobre un importante enclave romano en plena Vía Augusta y además de destacar por la configuración de sus casas en torno a la roca, también podremos disfrutar de sus preciosas calas y playas.
Santa Coloma de Queralt
Quizá es uno de los pueblos más desconocidos por estar un poco más al norte, sin embargo, Santa Coloma de Queralt, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura medieval, aquí no te puedes perder su casco antiguo, donde se pueden observar numerosos monumentos y llegar hasta las afueras para visitar la iglesia de Santa María de Bell-lloc, con su estilo arquitectónico entre románico y gótico y declarada Monumento Histórico Artístico.